A pesar de tener más de 100 años, el BCP ha dado una lección de lo que es tener la mano sobre el timón, solo 12 personas se han sentado en la presidencia del de directorio, dos cambios de nombre y un inicio. El 9 de abril de 1889 abrió sus puertas el Banco Italiano con un capital inicial de 40,000 libras peruanas. El local ubicado en la Calle Mantas (hoy Jirón de la Unión), había sido utilizado por el Banco de Lima. 

Su primer presidente fue Giuseppe Alberto Larco (de origen itálico) y tuvo en sus inicios apenas siete trabajadores. El banco italiano nación de las cenizas de la crisis económica de 1881 y la Guerra del Pacífico (1879-1883), cuando sólo quedaban dos bancos de los más de doce que habían iniciado el sistema financiero peruano en 1860. 

¿Qué pasaba en el sistema financiero en el momento que nació el BCP? Lo más importante era que los bancos ya no emitían sus billetes propios por lo comenzaron a ser dependientes de las decisiones gubernamentales, tal como sucedió con el patrón plata el cual al perder valor en el mercado internacional, por la adopción del patrón de oro en la mayoría de países, hacía más difícil para el gobierno cumplir sus obligaciones crediticias y limitaba la actividad comercial e industrial. Entre 1891 y 1895, además, las guerras civiles dejaron las finanzas públicas en estado calamitoso. 

El 26 de marzo de 1895, ante la complejidad de los problemas financieros, el presidente Manuel Candamo se reunió con los gerentes de los bancos de Londres, del Callao e Italiano, para solicitarle un préstamo por la suma de 30,000 soles para salvar la situación financiera del país y garantizar los acuerdos de paz que se habían firmado para detener la guerra interna. Este préstamo, en efecto, fue aceptado por los privados. Así en 1894 el Banco Italiano importó plata en barras por valor de 10,000 libras para que sea acuñada en la Casa de la Moneda y aumentara así la disponibilidad de moneda en el país. 

Ante la inexistencia de compañías de seguros locales, quebradas durante la Guerra del Pacífico, y el hecho que las pocas  extranjeras carecían de sedes en el Perú que atendían con representantes en el país, el banco se sumo a un grupo de otros inversionistas locales en 1895 para constituir la Compañía Internacional de Seguros, participando con el 10% de la propiedad. Esta fue la primera diversificación del negocio.

Debido al éxito, en 1896 constituyen su propia aseguradora que la llamaron Compañía de Seguros Italia, la cual se alojó en la sede central y tuvo como directivos a las principales cabezas del Banco Italiano.  La operación se especializó en riesgos marítimos y contra incendios. 

En 1895, iniciaron el negocio hipotecario convirtiéndose en el único banco en contar con este tipo de división dado que hasta entonces los créditos hipotecarios los daban compañías especializadas en esa materia y en su mayoría habían quebrado. Anteriormente había innovado al ser la primera institución financiera en ofrecer descuentos de letras a empresas extranjeras que realizaban comercio internacional con el Perú, además de ofrecer descuento de letras interplaza, es decir con la posibilidad de pagar en Lima a clientes del Callao. Por aquel entonces el descuento de letras era el principal mecanismo de financiamiento de capital de trabajo.

Entre 1913 y 1918, el Banco Italiano nombró a dos funcionarios de la Banca Commerciale Italiana en cargos de gerencia. Esto abrió la puerta a la cesión del 50% de acciones del banco a dicha entidad europea, una de las más grandes del mundo por aquella época. 

Para emprender proyectos de gran envergadura, el gobierno de Augusto B. Leguía buscó hasta en tres oportunidades créditos externos, el tercero de ellos con la Guaranty Trust Company de Nueva York. Esta entidad solicitó representada por el Banco Italiano, prestó US$2.5 millones al Perú, con la garantía de la recaudación de rentas del petróleo, lo que se convirtió en el primer empréstito del país en Estados Unidos. 

El Banco Italiano realiza su primera absorción también en 1922: el Banco Víctor Larco Herrera, en Trujillo, que al haberse constituido sin licencia fue incorporado al Banco Italiano para no ser sancionado por la Inspectoría Fiscal de Bancos. Se convirtió en la primera oficina del banco en el norte del Perú. 

A inicios de la década de 1920, el Banco Italiano era ya la institución financiera más grande del Perú. La política de expansión del banco se da mientras en el mundo las finanzas colapsan por la caída de la Bolsa de Nueva York, lo cual permite superar la crisis financiera.

Llegaron las guerras mundiales, por ello y en prevención de problemas y por un período breve, el banco pasó a llamarse Banco Italiano-Lima. En diciembre de 1941 el gobierno aprobó una ley que obligaba a los bancos a no tener alguna referencia a otros países. Por ello, en enero de 1942, el antiguo Banco Italiano cambió totalmente su rostro y pasó a denominarse Banco de Crédito del Perú. 

Desde inicios de la década de 1950 el Banco de Crédito del Perú inició un proceso de modernización de sus activos por ello trajo la primera calculadora electrónica con capacidad de 6 mil operaciones por minuto. Al ingresar a 1961 instala la computadora electrónica IBM 1401. Los demás bancos tardarían hasta 1967 para instalar sus primeras computadoras IBM.

Pero no todo fue hardware también se invirtió en el intelecto. Introdujo los estudios económicos al sistema bancario con la edición del boletín mensual “La Situación Económica Nacional” y “Noticias de Comercio Exterior del Perú”. 

En la década de los 70, y bajo el gobierno militar se limitaron las actividades bancarias (encajes elevados, restricciones de apertura de agencias y tasas reales de interés negativos), dio origen en 1979 a que el banco buscase otra figura empresarial para crecer. La salida se dio a través de la constitución de la Financiera de Crédito del Perú, una entidad crediticia en control de un accionariado 80% independiente y un 20% en manos del Banco de Crédito, que era el tope permitido por ley.   

La Financiera de Crédito se enfocó en la captación de ahorros del público para otorgar créditos de arrendamiento financiero y créditos comerciales. Aquí el problema era lograr satisfacer la demanda, dada la incapacidad de crecimiento de los bancos y la inexistencia de fondos del exterior.

En 1979, los socios peruanos del banco, que controlaban de manera conjunta un tercio del accionariado total, decidieron asumir el control y Dionisio Romero Seminario asumió la presidencia del directorio. Juan Francisco Raffo tomó la vicepresidencia. 

Con la vuelta a la democracia se iniciaron las operaciones con Atlantic Security Bank, administradora de fondos y de portafolio de inversiones, que fue constituida en las islas Gran Caymán. El Banco de Crédito abrió sucursales en Nassau y Nueva York.

El bando introdujo dos innovaciones clave en el camino hacia la modernización de la banca: la tarjeta de crédito Credibank y la tarjeta Visa Internacional, que permitieron por primera vez, no portar dinero en físico y poder realizar operaciones en una red de locales tanto fuera como dentro del país. Así se inicia el desarrollo de su red de cajeros automáticos que operaban con la tarjeta plástica.

La Banca Commerciale Italiana inició su retiro del Banco de Crédito del Perú en la primera mitad de la década de los 80, por lo tanto el directorio decidió confiar la futura expansión del banco en profesionales peruanos y fueron repatriados algunos cuadros, entre ellos el futuro gerente general Raimundo Morales. Este fue el contexto de este comercial.

En octubre de 1987, el gobierno de Alan García estatizó la banca e intervino las instituciones, entre ellas el Banco de Crédito del Perú al que el Ejército ingresó con ayuda de tanquetas. La intención del gobierno era controlar el tipo de cambio, evitar la inflación y disponer del dinero para ampliar el acceso al crédito. Aquí el informe de Prensa Libre.

Frente a la amenaza, el personal del Banco de Crédito estuvo de acuerdo en establecer un plan de rescate en el que los trabajadores se convirtieron en accionistas mayoritarios, a través de una operación en la Bolsa de Valores de Lima que se realizó el 12 de octubre de 1987. Participaron 5,044 trabajadores, que tomaron control del 50.25% del capital.  

De esta manera se conformó un directorio con participación de representantes del sindicato y el apoyo del vicepresidente Juan Francisco Raffo y del gerente Javier Arribas. El Estado, por su parte, nombró a tres directores. Para tratar de conseguir el control del banco, el derecho de los trabajadores a adquirir las acciones no fue reconocido por el gobierno de Alan García, quien finalmente cedió el 27 de enero de 1988, cuando se lanzó este anuncio televisivo.

La década de los noventa trae las reformas estructurales en el manejo económico del Perú.  Alberto Fujimori promulgó una nueva Ley de Bancos, Financieras y Seguros en junio de 1991, que redujo los controles del BCR, liberó las tasas de interés y dio luz verde para el ingreso de bancos internacionales. Adicionalmente se creó el marco legal para las operaciones de fondos mutuos y administradoras privadas de pensiones. 

En este contexto en marzo de 1991, regresó al directorio del BCP Dionisio Romero Seminario, quien había pasado al frente del brazo financiero de Inversiones Centenario durante la estatización de la banca, una entidad que canalizaba fondos para prestarlos a las grandes empresas del Perú. 

El impulso del marco legal permitió la diversificación del banco, dado que nació Credibolsa, la sociedad agente de bolsa subsidiaria del BCP, la primera operación fuera del Perú con el Banco Popular de Bolivia, y la creación de  Credifondo, la sociedad de administración de fondos mutuos del grupo Credicorp y subsidiaria del BCP. Todo ello impulsa la creación de Credicorp, la empresa holding del Grupo Crédito, que adquiere las acciones del BCP, del Atlantic Security Holding Corporation y de Pacífico Peruano Suiza.

En el ámbito publicitario, en 1996  el BCP adopta el lema “Siempre contigo” tratando de reforzar la tradición de ser el banco más antiguo. En el 2002, concluyó la modernización de la identidad del Banco de Crédito del Perú, con un nuevo logo que reemplaza al tradicional “Por más” y con las siglas BCP presentes en todos sus locales, documentos y publicidad. Transcurrida la crisis internacional del 2002 el banco decide renovarse y lanza su marca BCP, que es la vigente actualmente. 

En el 2005 a la altura del kilómetro 80 de la carretera Panamericana Sur, en el pueblo de Mala, se instaló el primer Agente BCP. En su primer año se instalaron 61 agentes y para el 2014, la red de agentes superaron los 5,700 puntos de atención.  

La banca digital en el Perú, comenzó a ser importante y en el 2008 se comenzó a utilizar la Banca SMS.  Fue el primer banco local que permitió realizar operaciones entre cuentas a través del celular, en forma gratuita. En el primer año se registraron 7 mil usuarios y se realizaron 153 mil transacciones. 

En 2008 se consolida el proceso de cambio al interior del banco con la renovación de la gerencia general y otros puestos claves, incluido el cambio generacional en la presidencia del banco, así salio Dionisio padre e ingresó el hijo. En el ámbito publicitario apareció el "Cuy Mágico".

Esta nueva generación de directivos inició una nueva etapa de expansión del banco, tanto en el Perú como en el exterior. Así, en noviembre del 2009, el BCP adquirió el 99.79% de acciones de Financiera Edyficar, líder en el rubro de microfinanzas. Una operación que se complementaría en enero del 2014 con la adquisición del 60,7% de Mibanco. 

Un hito definitivo fue, en julio del 2011, la inauguración del Agente BCP en el Lago Titicaca. Un momento similar ocurrió en el 2013, con la apertura de un Agente BCP en el valle de los ríos Ene, Apurímac y Mantaro (VRAEM). Veamos que depara el futuro.

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