#ElPerúQueQueremos

bello opina sobre LOS SUELDOS

Cuando las papas queman | Los sueldos y la evaluación de los maestros

OPINIÓN Dr. Manuel Bello, Decano de la Facultad de Educación – Universidad Peruana Cayetano Heredia

Publicado: 2017-08-23
Manuel Bello, es un entendido en el tema pedagógico, no solo por que pertenece al claustro universitario de una de las universidades más exigentes del país, sino que su experiencia internacional nos permite poner en perspectiva las demandas del magisterio.  ¿Es justo el reclamo por mejores sueldos? ¿Lo conseguido por los representantes del magisterio es suficiente?  Aquí lo responde.

“Señores maestros: ustedes hacen como que trabajan y nosotros hacemos como que les pagamos”. Esta es una frase que habría sido dicha por un Ministro de Educación de un país latinoamericano a fines del siglo pasado. Cierta o no, el hecho es que las remuneraciones de los maestros de la región eran, y siguen siendo, muy bajas en comparación con las de otros profesionales y constituyen uno de los principales obstáculos para que la educación de nuestros países alcance los niveles de calidad y equidad de exige el desarrollo humano y económico. 

En el Perú, el propio Ministerio de Educación reconoce que no es posible realizar una reforma educativa exitosa sin revalorizar la profesión docente, lo cual depende en gran medida –aunque no exclusivamente– de la recuperación del salario de los maestros. La capacidad adquisitiva de los profesores peruanos es hoy alrededor de la mitad de lo que fue hace medio siglo. Su remuneración se encuentra muy por debajo del que reciben los maestros en países vecinos. Esta situación estructural no cambia con el incremento a 2000 soles prometido por el Gobierno Nacional en estos días, que no es más que un pequeño paliativo.

El magro salario de los maestros, además de perjudicar la educación escolar del presente y obstaculizar los esfuerzos que se realizan por mejorarla, también hipoteca la educación de las próximas décadas, en la medida en que ahuyenta de la vocación docente y la carrera magisterial a los jóvenes más talentosos y refuerza su condición de profesión de refugio para personas poco calificadas o poco motivadas para ejercer la enseñanza.

La solución al problema de la remuneración magisterial no está en conceder pequeños aumentos cuando las huelgas o las movilizaciones sociales son exitosas. La única fórmula que puede tener un efecto significativo, pensando en el presente y en el futuro de la educación, es la aprobación de un plan de recuperación progresiva del salario de los maestros, de su capacidad adquisitiva real, que se ejecute sin falta a lo largo de los próximos cinco o más años. Se tiene que establecer una meta de incremento para lograr un piso remunerativo atractivo para el año del Bicentenario y seguir aumentando en los años siguientes. Una meta y un compromiso gubernamental de aumentos anuales para llegar a ella, que tenga el respaldo del Acuerdo Nacional, del Consejo Nacional de Educación, de la Asamblea de Gobiernos Regionales y –ojalá– de una ley del Congreso de la República.

En un marco de garantía de la recuperación de la capacidad adquisitiva del magisterio en un plazo razonable, se puede y debe seguir adelante con la implementación del sistema meritocrático previsto en la Ley de Reforma Magisterial. Como en toda ocupación en una sociedad organizada y democrática, tienen que haber sistemas de evaluación para el ingreso, para la promoción, para la mejora del desempeño y para la permanencia en la carrera de los profesores, que cumplen un rol estratégico en el cumplimiento del derecho de todos los peruanos a una educación de calidad, así como en el desarrollo humano y económico del país.

No es casual que los maestros que protestan en estos días reclamen al mismo tiempo aumento de sus sueldos y suspensión de la evaluación de su desempeño. Ambos asuntos están estrechamente relacionados. Volviendo a la frase con la que se inició este artículo, la evaluación del desempeño, con la posible consecuencia de despido, rompe el pacto de mediocridad que se refleja en esa frase. Al punto que cualquier maestro podría decir al Ministerio de Educación: “Tú haces como que me pagas, pero yo tengo que trabajar de verdad para que no me despidas.” Eso no parece justo ni creo que sea sostenible como política, como demuestran las huelgas actuales.

Agosto de 2017


Escrito por

Cristina Luna

Aprendí hablar en fácil la economía. Me encanta ver como las noticias pueden ser aprovechadas en la vida real.


Publicado en

Cuaderno Borrador

Hablemos de economía en fácil.